El Instituto Politécnico Cristo Rey de Valladolid, a través de su Club de Robótica CRobots ha dado un paso adelante en esta crisis sanitaria provocada por el coronavirus. El centro educativo, consciente de la situación y comprometidos con la realidad social actual, se ha sumado a un proyecto de creación en 3D de mascarillas de protección.
El grupo de profesores que forman este Club de Robótica ha iniciado un trabajo desde sus propias casas para elaborar mascarillas/caretas de protección que utilizan los servicios sanitarios. Una tarea solidaria que ha implicado a muchos profesores del centro pero también familiares y personas anónimas que han querido colaborar de algún modo con el proyecto.
Los docentes del club están haciendo uso de maquinaria de impresión 3D tal y como explica Julio Alberto Hernández, profesor del Instituto Politécnico Cristo Rey. “Este proyecto es más grande que el colegio, ya que nos sumamos a una iniciativa iniciada por otros colectivos como la Universidad de Valladolid, CIDAUT, Renault, y los grupos amateur de impresión Clone Wars y Resistencia”, comenta el profesor. “Cristo Rey se ha sumado con sus docentes, sus máquinas y su red de apoyo. Les damos las gracias a todos ellos y, sobre todo, a todas las personas que han respondido a nuestro llamamiento de ayuda con donativos y apoyo. Ese dinero llegará a todos los colectivos que están imprimiendo y lo sobrante irá destinado a la Fundación Red Incola”, explica Julio Alberto Hernández.
El docente de Cristo Rey también analiza la repercusión que puede tener este proyecto en el centro y en los propios alumnos. “Participar en este proyecto colaborativo nos hace aprender con otros. Detrás hay ingenieros que saben mucho de impresión 3D y estamos aprendiendo mucho de ellos. Creemos que podemos ser capaces de ser una institución abierta a otras realidades sociales y necesidades de la ciudad, y es una oportunidad única para explicarles a nuestros alumnos que se puede hacer mucho a pesar de que vivamos una situación de aislamiento. Siempre se puede hacer algo, con ideas novedosas y ayudando a los que lo necesitan”.
“Hemos dado una respuesta muy ignaciana a esta situación. Nos preguntamos: ¿qué podemos hacer aquí y ahora? ¿Qué podemos hacer desde nuestra propia realidad? Nuestra respuesta ha sido sumarnos al proyecto e imprimir lo antes posible máscaras para que los sanitarios puedan hacer su trabajo, el de protegernos a todos”, comenta el profesor.
“Es un mensaje muy potente hacia los alumnos. También para el claustro es un motivo de ilusión, ya que su respuesta ha sido arrebatadora, de total apoyo y confianza. Además participar en un proyecto así supone también aprender con otros, sabiéndonos en colectivo con otros”, concluye Julio Alberto.