Deberes escolares. “Docentes, padres y alumnos deben sentarse para coordinarse y llegar a un acuerdo”

Deberes escolares. “Docentes, padres y alumnos deben sentarse para coordinarse y llegar a un acuerdo”

Deberes escolares. “Docentes, padres y alumnos deben sentarse para coordinarse y llegar a un acuerdo”

El Consejo Escolar de Castilla y León publica un informe con consejos y sugerencias Marino Arranz, presidente del Consejo, defiende el diálogo y la racionalización de los deberes.

Deberes escolares sí o no? El debate está en la calle desde hace años pero ha cobrado mayor relevancia en los últimos meses con las críticas de diversas asociaciones de padres que incluso derivaron en una huelga de deberes.

El Consejo Escolar de Castilla y León ha salido al paso de esta alarma social publicando un informe sobre este tema: ‘Oportunidad de los deberes escolares. Sugerencias y orientaciones’. Un documento elaborado con el consenso de todos los representantes de la comunidad educativa que están representados en el Consejo.

En este informe se recomienda racionalizar y buscar consenso sobre la carga de deberes que deben tener los alumnos en función de las etapas que cursen y de forma individual según sus capacidades.

Hablamos con el presidente del Consejo, Marino Arranz, que aboga por desechar posturas radicales. “Deberes sí y no, no hay extremos”, comenta, “dependerá de lo que acuerden los estamentos educativos de cada centro”.

“Los deberes pueden ser una forma de potenciar lo que se hace de ordinario en las aulas pero la clave radica en no excederse”, analiza Arranz.

En este exceso quizá esté la clave de todo el problema. “La crítica fundamental de los representantes de padres llegó no por que existan los deberes si no por su exceso. Y que no haya una coordinación entre el profesorado y los padres para determinar cómo los deberes pueden realizarse sin que sea una tarea agotadora”, explica.

El informe del Consejo Escolar sobre los deberes aconseja que el centro y la familia se sientan a dialogar y alcanzar un acuerdo, escuchando también la voz del alumnado, para encontrar una fórmula que satisfaga a todas las partes.

La cantidad y tiempo de los deberes escolares dependerá de la edad y la etapa educativa y, para evitar un exceso, se señala como cuestión “fundamental” la coordinación entre el profesorado para disponer del conocimiento con- junto de deberes escolares del alumnado.

MÁS DIÁLOGO

El documento cuenta con unas propuestas generales y otras específicas y entre las primeras se aboga por propiciar el diálogo en la comunidad educativa sobre la conveniencia de la presencia y el tratamiento de los deberes; facilitar el acercamiento familia-escuela para una mejor práctica de los deberes; consensuar la ausencia o necesidad; reflexionar y consensuar los “tiempos escolares” y máximos de tareas con el respeto a los momentos de ocio y juego del alumnado. Se recomienda que los tutores coordinen los deberes de su grupo estableciendo una fórmula común para cada nivel educativo y los planifiquen a principio de curso.

Deberes escolares

Deberes escolares

“Existen centros con una metodología que desarrolla todo lo que es motivo de trabajo en las aulas e incluso acuerdan no tener deberes, más allá de lo estrictamente necesario”, comenta Arranz.

El Consejo Escolar es un órgano de participación social por lo que está muy encima de las cuestiones de carácter educativo que están presentes en el día a día de la sociedad. “Por eso recogimos la inquietud y propusimos un seminario sobre este asunto en marzo pasado”, recuerda Marino Arranz. “Allí pudimos darnos cuenta de las posiciones e ideas tan diferentes y opuestas que existen. Por eso nos propusimos hacer un análisis de la situacion y elaborar un informe con pautas y orientaciones ya que el Consejo no tiene ninguna capacidad legislativa”, dice el presidente del Consejo Escolar.

“Solo pretendemos que en el futuro se vayan interiorizando determinadas sugerencias que desarrollamos en el informe y que en un tiempo se vayan adoptando aquellas que pueden beneficiar a cada centro”, comenta Arranz.

Entre las 24 ideas propuestas Marino Arranz quiere destacar alguna: “Es necesario que haya un núcleo de deberes comunes, conocido con suficiente tiempo por padres y alumnos y que haya unas derivaciones dirigidas a determinados alumnos o grupos de alumnos con unas necesidades diferentes”. El Consejo Escolar incide mucho en que el alumnado sepa lo que tiene que hacer cada día y con antelación, “es algo de lo que los padres se quejan. Por eso los deberes deben explicarse bien, que todo quede claro y explícito y que la planificación se conozca con tiempo”.

El acuerdo, dentro del Consejo Escolar, no fue fácil pero se alcanzó un consenso ejemplar. “En el grupo de trabajo de la comisión permanente del Consejo había representantes de padres, alumnado, profesorado de la pública y de la concertada. Es un acuerdo de consenso aunque es evidente que no se reflejan al cien por cien todas las peticiones pero sí recoge el consenso de las propuestas realizadas”, recuerda Marino Arranz.

Al informe se llegó después de varias sesiones “muy enriquecedoras”, con las aportaciones de todos. “Yo haría hincapié en lo que cada uno aportó más que en las objeciones que hubo”, dice.

DEBERES INDIVIDUALIZADOS

Deberes escolares

Deberes escolares

Otra de las sugerencias del informe pasa por poner las tareas de forma individualizada a cada alumno, ya que una heterogeneidad se convierten en “inadecuados” para quienes no disponen de la misma capacidad intelectual, atención o motivación para resolver de forma autónoma las tareas planteadas. “Una misma cantidad de deberes escolares conllevará un tiempo de dedicación distinto a cada estudiante o grupo de estudiantes”, se recoge en el documento.

Por ello, concretamente se propone adecuar los deberes escolares en función de las capacidades, ritmos y destrezas del alumnado, además de tener presente el contexto familiar, bien para cada estudiante en particular o grupo de estudiantes del aula, según los casos.

“Es cierto que los deberes individualizados pueden suponer un trabajo extra para el profesorado. Pero debemos tender a tener en cuenta la heterogeneidad del alumnado y que se atienda las necesidades de un grupo de alumnos que se encuentren dentro de los mismos parámetros”.

También se ofrecen algunos consejos para los padres. “Ellos no tienen que sustituir al profesor, sería negativo”, explica Arranz. “Deben estar al lado del alumno y colaborar con ellos: proporcionarles un espacio de trabajo adecuado, un horario fijo, facilitar que esté concentrado, establecer una rutina diaria y regular… Además de colaborar con el profesor y hablar con él”.

Sobre las nuevas tecnologías el informe del Consejo Escolar recoge dos vertientes. La primera es utilizar las TIC como alternativa al clásico papel para acercarse a la realidad de la vida cotidiana en la que las tecnologías son habituales, “un planteamiento de trabajo que puede generar más atractivo y creatividad en el alumno”.

Otra sugerencia es el mayor uso de las páginas webs y blogs de los centros para ubicar allí los deberes con la antelación suficiente. “Para que padres y alumnos sepan lo que se van a encontrar en las próximas semanas y meses y poder adecuarse al trabajo previsto”, concluye.

Oportunidad de los deberes escolares. Sugerencias y orientaciones

Informe elaborado por el Consejo Escolar de Castilla y León. Descarga aquí el informe completo

ORIENTACIONES DE CARÁCTER GENERAL

  • Propiciar el diálogo en el seno de la comunidad educativa sobre la conveniencia de la presencia y el tratamiento que debería darse a los deberes escolares, mediante un análisis riguroso, el diálogo, la valoración y posterior definición, que permita superar el umbral de las opiniones y tomar las decisiones más adecuadas en cada centro educativo.
  • Facilitar el acercamiento familia-escuela en la búsqueda de una mejor práctica de los deberes escolares, dando cabida a la presencia familiar desde el principio de su tratamiento en los centros escolares. Establecer vías abiertas de comunicación que permitan la participación y contribuyan a mejorar las relaciones entre los dos agentes educativos.
  • Consensuar en el seno de la comunidad educativa la necesidad o ausencia de deberes escolares y los objetivos y beneficios, en su caso, mediante la reflexión sobre el tipo de tarea que se envía para casa o su grado de dificultad, analizando los posibles efectos en las familias, alumnado y profesorado, tanto a nivel académico como emocional, de apoyo o de recursos.
  • Reflexionar y consensuar entre todos y de forma general los tiempos escolares, especialmente fuera del aula y singularmente para el alumnado, atendiendo a sus demandas prioritarias, concretando, en su caso, tiempos máximos de tareas diarias, y respetando el tiempo de ocio y juego del alumnado.
  • Dar reconocimiento y palabra al alumnado a través de su representación estudiantil, singularmente de la educación secundaria, para que pueda participar en el análisis y toma de decisiones, en su caso, sobre los deberes escolares con el objetivo de comprender el sentido y la intención de las tareas fuera del aula y para evitar el sentimiento de debilidad y sufrimiento, causado por la posible falta de coordinación entre el profesorado que imparte docencia al mismo grupo.
  • Ante las dificultades de determinadas familias para ofrecer a sus hijos garantías de espacio, tiempo y recursos académicos para realizar los deberes escolares, sería conveniente analizar, buscar y proponer alternativas que la administración educativa y los centros puedan proporcionar: aulas abiertas, horas de estudio, bibliotecas, apoyos y refuerzo de profesorado u otros.

 

ORIENTACIONES PARA EL PROFESORADO

1.- Los deberes escolares deberían proporcionar al profesorado una visión cercana a la comprensión y al trabajo desarrollado por el alumnado en el aula, así como para poder detectar los errores y enmendarlos. Es preciso tener en cuenta que la eficacia de los mismos no aumenta proporcionalmente a la cantidad de deberes escolares que se asigna.

Cada centro o equipo docente acordará la posible calificación o no de determinados deberes escolares y, en su caso, el % de influencia en la nota de evaluación. En todo caso deberá informar de ello adecuadamente a las familias y quedar recogido en las programaciones didácticas. Deberán acordarse algunas formas de corrección para el alumnado absentista en los deberes escolares, así como la posibilidad de calificar los trabajos de investigación o creativos.

2.- La cantidad y tiempo de los deberes escolares dependerá de la edad y de la etapa educativa. Para evitar un exceso de tareas es fundamental la coordinación entre el profesorado para disponer del conocimiento del conjunto de deberes escolares del alumnado.

Se proponen diferentes fórmulas para facilitar la coordinación del profesorado:

  • Delegar en la persona encargada de la tutoría la coordinación de los deberes escolares del alumnado de su grupo, estableciendo una fórmula común para cada nivel educativo. Utilizar la plataforma virtual para ubicarlos y facilitar su conocimiento con tiempo al alumnado.
  • Acumular los deberes escolares para una o varias semanas en cada asignatura, con distribución temporal, de manera que el alumnado pueda organizarse para su resolución.
  • Entregar al principio de curso un dossier secuenciado de deberes escolares o tareas del curso por asignatura lo más completo posible, para que tanto las familias como el alumnado puedan programarlo con tiempo. El dossier podrá flexibilizarse en el tiempo en función de la especificidad de cada grupo de alumnado y de la marcha del curso.
  • Establecer grupos de estudio voluntario en el centro fuera del horario lectivo asistido por personal cualificado.

3.- Existe una tendencia bastante generaliza a proponer deberes escolares uniformes que no atienden a la heterogeneidad y diversidad del alumnado que se encuentra en las aulas; por consiguiente, se convierten en inadecuados para quienes no disponen de la misma capacidad intelectual, atención, motivación, etc. para resolver de forma autónoma las tareas planteadas. Una misma cantidad de deberes escolares conllevará un tiempo de dedicación distinto a cada estudiante o grupo de estudiantes.

Se propone adecuar los deberes escolares en función de las capacidades, ritmos y destrezas del alumnado, teniendo también presente su contexto familiar, bien para cada estudiante en particular o grupo de estudiantes del aula, según los casos.

4.- Para motivar al alumnado, los deberes escolares deben ser propuestos, revisados y, en su caso, evaluados por el profesorado atendiendo a la programación didáctica establecida para cada curso escolar, devueltos con la mayor prontitud y, si procede, con comentarios adicionales individuales. El acceso de las familias a la programación didáctica permitirá su colaboración con el profesorado.

5.- El profesorado debe asegurarse de que el planteamiento que se hace en clase de los deberes escolares encomendados es el correcto y el adecuado y de que el alumnado ha comprendido el proceso a seguir en su desarrollo. Esto facilitará que puedan ser resueltos autónomamente y dificultará la excusa para no realizarlos.

6.- El potencial que proporcionan las tecnologías de la información y comunicación debe ser empleado para hacer más atractivos los deberes escolares, así como para proponer planteamientos más creativos y diferentes, acercándolos a la realidad de la vida cotidiana, buscando el interés y el estímulo para el alumnado. Se trata de mostrar al alumnado el camino para que aprenda a hacerse preguntas, a investigar e indagar, a ponerse retos y a buscar alternativas a las rutinas de ejercicios, en algunos casos repetitivos y mecánicos.

Sin embargo, la memorización y repetición de determinados procedimientos puede resultar adecuados y, en todo caso, deben estar encaminados a facilitar la comprensión y sustentar el estudio.

7.- El profesorado y el alumnado nunca deberán considerar los deberes escolares como un castigo o como una penalización con consecuencias negativas. Su utilización como herramienta disciplinaria les aleja de su función y objetivo real.

8.- Uno de los fines de todo proceso educativo es la motivación del alumnado a través de los estímulos positivos, de la predisposición y del autoconcepto. En este contexto los deberes escolares, siempre que su propuesta sea adecuada a la diversidad y necesidades del alumnado, deben ser uno de los pilares en los que apoyarse para culminar el proceso, a lo largo de las sucesivas etapas educativas.

ORIENTACIONES PARA LAS FAMILIAS

Las sugerencias y orientaciones dirigidas a las familias pretenden buscar una continuidad de los acuerdos de trabajo para el alumnado, logrados por el consenso con el profesorado, y han de ser entendidas dentro de sus posibilidades reales, tanto materiales como organizativas.

En el caso de las familias que no dispongan de posibilidades para desarrollar estas propuestas, en espacio, tiempo o recursos, deberán dar conocimiento al centro educativo y al profesorado para buscar soluciones que contribuyan a acercar la igualdad de oportunidades para todo el alumnado.

1. La familia debe procurar la entrevista y colaboración con la persona encargada de la tutoría y con el profesorado, con el objeto de conocer los contenidos de los deberes escolares y su metodología, y poder concretar las cuestiones y necesidades más individuales y personalizadas, referidas a los escolares. Asimismo, es preciso establecer y mantener cauces de comunicación para que el profesorado conozca y tenga en cuenta las situaciones familiares particulares, trabajando juntos en un clima de confianza y cordialidad.

2. La familia debe propiciar al educando un clima de trabajo cercano a sus características personales, con tiempos y espacios adecuados para realizar los deberes escolares en casa. Ayudar a preparar el material que va a necesitar y fomentar hábitos de trabajo que procuren su desarrollo académico y personal. En cualquier caso las familias deberán hacer partícipes a los centros de las dificultades que encuentren para llevar a cabo esta tarea.

3. Establecer una rutina diaria y regular para la realización, en su caso, de los deberes escolares por los educandos, facilitando un tiempo programado y adecuado a cada caso para conseguir un mayor rendimiento, con la intención de evitar la dispersión y falta de atención que pueden dilatar el tiempo dedicado a los deberes escolares.

4. Las familias, en la medida de sus posibilidades, pueden proporcionar sugerencias, orientaciones e indicaciones a los escolares, tutelando y colaborando pero sin suplir ni sustituir al profesorado: ayudarles a preparar un plan de trabajo y procurar que lo hagan de forma autónoma aunque cometan errores. De esta manera se puede contribuir a afianzar su autonomía personal y su autoestima.

CONSIDERACIONES ESPECÍFICAS

El Consejo Escolar quiere hacer especial hincapié en determinados puntos de las consideraciones generales y atender a ciertas especificidades en algunas etapas.

  • Recogiendo la propuesta de respeto al ocio y tiempo libre del alumnado, destacamos su importancia y proponemos que se valore especialmente en Educación Primaria.
  • En relación con las materias de contenido más práctico, como pueden ser las Matemáticas, se considera de gran importancia que se evite el exceso de deberes escolares repetitivos, especialmente en la etapa de Educación Primaria.
  • Animamos a los centros educativos a organizar actuaciones dirigidas al alumnado sobre adquisición de técnicas de estudio, utilización del tiempo y concentración en el trabajo, especialmente en los últimos cursos de Educación Primaria, para fomentar el trabajo autónomo del alumnado y facilitar la labor de acompañamiento familiar en el estudio.
  • Entendiendo que la relación familia-escuela de forma general se debilita en la etapa de Educación Secundaria, siendo esta etapa educativa fundamental para el desarrollo personal, social y profesional del alumnado, se considera muy apropiado que, por ambos agentes educativos, se abran cauces de participación y se establezca un mayor compromiso de comunicación entre familia y profesorado en esta etapa.
  • Consideramos que los deberes escolares deben ser revisados en todo caso. No obstante, la valoración cuantitativa de los mismos, si bien es factible en todas las etapas, debería realizarse, en su caso, especialmente en la etapa de Educación Secundaria.
  • En los estudios postobligatorios, por sus propias características y por la mayor madurez e iniciativa propia del alumnado, proponemos que se valore y potencie en mayor medida el tiempo dedicado autónomamente al estudio del alumnado, en comparación con el tiempo dedicado a los deberes escolares.

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