Los centros de Castilla y León que pertenecen a la asociación de colegios católicos celebran su día el 1 de marzo de 2024 con varias actividades conjuntas. Los lemas #RumboatuFuturo y #SoyEscuelaCatólica servirán para unir a todos los centros educativos de la Comunidad
Las escuelas católicas no son un ente singular sino que es una comunidad en la que participan muchas personas: alumnos, profesores, familias y los propios centros e instituciones religiosas que los conforman.
Su servicio a la educación contribuye enormemente al desarrollo de la sociedad, a través de la escolarización en todas las etapas, la promoción de la igualdad de oportunidades, la libertad de elección de enseñanza, los valores humanos y cristianos, la defensa de una educación de calidad e innovadora y una escuela inclusiva pionera en la atención a la diversidad. Escuelas Católicas Castilla y León realiza una gran labor social y sigue siendo un pilar fundamental que garantiza la oferta educativa en toda Castilla y León.
Los colegios católicos de Castilla y León son un referente en la educación de la comunidad cuyo servicio público y labor social son dignos y necesarios en una sociedad plural, en la que la oferta educativa también debe ser plural. La educación concertada católica lleva muchos años contribuyendo al desarrollo de la sociedad gracias a la confianza depositada por las familias, que pueden elegir este tipo de centros con libertad.
Desafortunadamente el desconocimiento sobre este tipo de educación provoca que algunos sectores de la sociedad rechace un sistema educativo complementario al público que garantiza la libertad de enseñanza y beneficia a una sociedad es plural, con una oferta educativa también plural.
Es necesario dar a conocer nuestros centros, enseñar nuestra educación y los beneficios de la formación académica y humana que se ofrece en los colegio de Escuelas Católicas. El Día de Escuelas Católicas Castilla y León, con su lema #SoyEscuelaCatólica tiene como objetivo dar a conocer nuestros valores, nuestros centros y la comunidad educativa que forma parte de Escuelas Católicas.
En Escuelas Católicas Castilla y León, abrazamos la misión de guiar a los jóvenes hacia un futuro lleno de posibilidades. Nuestra educación va más allá del aula, enfocándose en el desarrollo completo del alumno: profesional, humano, social y espiritual.
Promovemos el autoconocimiento, la autonomía y la toma de decisiones basadas en valores sólidos. Nuestro compromiso es educar para la vida, preparando a nuestros estudiantes para enfrentar los retos con esfuerzo y determinación, y construir una comunidad inclusiva y respetuosa.
Juntos, ponemos «Rumbo a tu futuro», cultivando las potencialidades de cada estudiante para una vida plena y feliz.
¡Bienvenidos todos!. Hoy celebramos un día especial.
Celebramos nuestra misión compartida en el Día de Escuelas Católicas Castilla y León.
Una jornada en la que recordamos que desde todos nuestros colegios damos forma a vuestros sueños. La vida y el futuro que todos imaginamos empieza aquí, en las aulas, en este momento junto al resto de vuestros compañeros, junto a los docentes y familias, que apoyan y acompañan en el camino de desarrollo de cada uno de vosotros.
Este día no solo es una celebración de lo que somos y de lo que significa caminar juntos, sino también es una celebración de las infinitas posibilidades que os aguardan en el futuro a vosotros, estudiantes, y también a vuestros profesores y familias.
Todos nosotros, alumnos, familias y docentes, formamos parte de Escuelas Católicas, un proyecto común fundamentado en una educación de calidad y valores, con principios cristianos, y enfocado a conseguir una formación académica y humana completa.
En el viaje de la educación, donde cada aprendizaje es un paso adelante, desde Escuelas Católicas nos comprometemos a ser guías de esperanza, conocimiento y valores. Con una mirada hacia el futuro, promovemos una educación que va más allá de las aulas, regalando a nuestros alumnos habilidades académicas, y también la compasión, los valores, la resiliencia o la creatividad necesarias para navegar por los mares del futuro.
Pongamos todos juntos rumbo a ese futuro. Como una promesa de acompañamiento en cada desafío personal, de celebración de cada logro y de apoyo incondicional a todos los alumnos, docentes y familias que forman parte de Escuelas Católicas.
Juntos, estudiantes, educadores y familias, construimos un futuro en el que cada uno de vosotros pueda alcanzar sus sueños, guiados por los valores del Evangelio y un compromiso firme con la calidad y la excelencia educativa.
Todos Somos Escuela Católica y queremos que este día sea un recuerdo de nuestra misión común y de la fuerza que reside en nuestra comunidad, en la unión de todos nuestros colegios, en los valores compartidos, y en la convicción de las personas que compartimos este viaje.
Por eso os agradecemos que estéis aquí y que forméis parte de esta gran familia, para que desde la escuela podáis comenzar a viajar hacia vuestro futuro con ilusión y esperanza.
Debemos sentirnos orgullosos de pertenecer a este proyecto común y saber que todos nosotros formamos parte de algo más grande y que la escuela forma parte de nuestras vidas, para siempre.
Caminemos todos juntos, rumbo al futuro.
Al servicio de la educación. Las Escuelas Católicas de Castilla y León desempeñan una labor insustituible en la educación, además de ocupan un lugar importante en la elección de educación que hacen los padres para sus hijos. Las escuelas católicas del siglo XXI ofrecen y enseñan valores con un enfoque común de la vida, desde un humanismo cristiano, que construye una sociedad abierta y solidaria.
Los colegios católicos tienen una gran historia, muchos de ellos son centenarios y todos ellos se dedican a ofrecer a sus alumnos una formación integral: conocimientos, fe y valores.
Los centros de Escuelas Católicas están al servicio de la educación y su objetivo es que sus alumnos integren su vida, su cultura y su fe, con una formación que propicie su crecimiento como persona en su relación con los demás y con Dios.
Beneficio para nuestra vida. Es importante animar a los estudiantes a reflexionar sobre los beneficios de la educación católica y la forma en el que la fe, el conocimiento y el servicio que ofrece este tipo de educación les ayudará a lo largo de sus vidas. Escuelas Católicas potencia lo positivo, la creatividad, el esfuerzo personal y el trabajo en equipo en la búsqueda de lo mejor de cada alumno.
El Papa Francisco ya nos dice la importancia que tiene la escuela católica para él. “Ir a la escuela significa abrir la mente y el corazón a la realidad, a la riqueza de sus aspectos, de sus dimensiones. Si uno ha aprendido a aprender, esto le queda para siempre”.
Todos nosotros, alumnos, profesores o padres debemos abrir nuestro corazón y nuestra mente al conocimiento y a las relaciones con los demás. En la escuela aprendemos lecciones, pero también aprendemos a compartir, respetar y amar a los demás. Somos mucho más que un colegio, somos un colegio en el que aprendemos a convivir.
Colegios abiertos al mundo. Los centros se sitúan en la vanguardia educativa, con escuelas abiertas en las que se educa desde los valores del Evangelio para que sus alumnos sean competentes, creativos e innovadores, y mantengan un diálogo positivo con la realidad multicultural y plurirreligiosa.
Somos colegios abiertos a todos los que deseen elegirlos, sin discriminación por razones económicas, sociales, religiosas, de raza o de nacimiento. El Papa Francisco también reconoce esa necesidad de los colegios: “Para enseñar hay que amar más a los estudiantes que no quieren estudiar, aquellos que se encuentran en condiciones de privación, los discapacitados y los extranjeros”.
Alumnos, ciudadanos del futuro. Gracias a la formación que se ofrece en las escuelas católicas sus alumnos deben en el futuro usar su talento y formación para el servicio a los demás, comprometerse con la solidaridad, la justicia y la paz y hacer del mundo un lugar mejor.
Colegios, que crean personas justas y honestas. Es necesario resaltar la contribución significativa que las escuelas católicas hacen a la sociedad gracias a su importante papel en la preparación de sus alumnos para convertirse en ciudadanos dignos, solidarios, honestos, responsables, críticos, dialogantes, abiertos y justos.
Maestros abnegados. Dar a conocer a los profesores, personal no docente y otros trabajadores que se esfuerzan cada día en las escuelas católicas.
Es importante reconocer el trabajo de todos ellos ya que son la columna vertebral de un proyecto común.
Familias comprometidas. Los padres y familias juegan también un papel vital en la educación católica. Muchas veces como voluntarios en la escuela, y otras veces en sus hogares, inculcando valores y expectativas de excelencia académica a sus hijos. Es necesario reconocer su labor y contribución al éxito de nuestras escuelas.
Las personas que forman la comunidad educativa, son los protagonistas de la acción educativa de nuestros centros: alumnos, profesores y familias son los pilares de nuestra educación. Los propios centros y comunidades religiosas cierran ese conjunto que forma Escuelas Católicas Castilla y León.
«La escuela es un lugar de encuentro. Se encuentra a los compañeros; se encuentra a los maestros. Los padres encuentran a los profesores; el director encuentra a las familias, etcétera. Es un lugar de encuentro. En la escuela nos socializamos: encontramos personas diferentes a nosotros, diferentes por edad, cultura, proveniencia…»
Papa Francisco