Proyecto Miralrededor
Autor: Alfonso Niño Diez de Baldeón
Director Pedagógico Infantil y Primaria y Jefe de Estudios Ed. Primaria del Colegio Nuestra Señora de la Consolación (Valladolid)
La actividad, aplicable en todos los niveles educativos del centro, trata de hacer ver a los alumnos la aplicación práctica de los contenidos a la vida real.
¿Cuántas veces hemos escuchado eso de: «esto que nos enseñan no sirve para nada»? «¿Para que estudiamos o practicamos tal cosa?» El proyecto propio Miralrededor, aplicado desde este curso en Agustinas Valladolid, trata de estimular con actividades concretas a los alumnos de manera que observen en primera persona y comprueben que la mayoría de contenidos aprendidos o implementados en el colegio son útiles en la mayor parte de los ámbitos de la vida diaria.
El proyecto Miralrededor se basa en la necesidad de adecuar los contenidos curriculares a las circunstancias que rodean a los alumnos como elementos activos de la sociedad. Se nos pide que sean competencialmente capaces, aptos para interactuar con todo lo que les rodea, y debemos utilizar los contenidos que parten del curso educativo correspondiente para facilitar esa inmersión en los engranajes de la sociedad, con actividades y recursos ajustados a su edad y capacidad motriz, cognitiva y expresiva.
En muchos momentos es difícil establecer ejes que unan de manera directa un contenido aprendido en el aula con una actividad desarrollada en la vida normal. Es más, no siempre debe ser así. Pero es cierto que, en ocasiones, podemos utilizar esos ítems de aprendizaje para insinuar o iniciar una experiencia «adulta» o habitual en un círculo social natural.
El proyecto se introduce en todas las etapas del centro (de 2º ciclo de Infantil a Bachillerato) intentando, cada uno en su medida, que aprecien cómo una estrategia o destreza aprendida en el colegio tiene un uso fuera de los muros de éste.
Como ejemplos podemos destacar que, cuando los alumnos de Infantil estudian diferentes estaciones del año, pueden acudir al huerto escolar a observar los distintos frutos típicos de cada momento. Los alumnos de Primaria aprenden las operaciones básicas de cálculo y cómo aplicarlas en la cesta de la compra a partir de un folleto de un hipermercado. O elaboran una guía turística de nuestra ciudad en la que, a la vez que investigan, aprenden y ejercitan su expresión oral. En Secundaria asimilan que el Latín no es una lengua muerta en su estricto sentido, sino que muchos de sus vocablos se siguen utilizando tal cual en nuestros días, o que diferentes «juegos» relacionados con la química pueden ser muy útiles en casa. En Bachillerato, a un paso de la vida adulta, exponen sus trabajos argumentando, escuchando y repreguntando. El debate y la oratoria jugarán un papel importante en su historia y es importante destacarlo.
En definitiva, todas las áreas curriculares a lo largo de este curso desarrollarán al menos una actividad para el proyecto. Una práctica que, como su nombre indica, haga que los alumnos miren a su alrededor. Y quizá sonrían al ver que, efectivamente, lo que aprenden sirve para mucho.
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