Cincuenta profesores han cerrado esta semana el primer capítulo de una aventura por la innovación educativa. El fin de curso ha coincidido también con el cierre de la primera parte del Posgrado en Innovación, Metodología Docente y Evaluación aplicada a la Educación, un viaje por las últimas tendencias educativas que todos pretenden utilizar en sus aulas en un futuro próximo.
Su viaje ha pasado por las últimas tendencias educativas, algunas ya muy presentes en las aulas, otras suenan a ciencia ficción: programación neurolingüística, coaching en la escuela, inteligencias múltiples, arquitectura y diseño para fomentar la creatividad, inteligencia emocional, aprendizaje basado en proyectos, aprendizaje cooperativo, gamificación, robótica y programación, flipped classroom… Pero todos ellos, los cincuenta docentes, han iniciado una travesía formativa que les llevará a mejorar sus clases, comprender mejor la nueva educación y acercarse aún más a las necesidades actuales de los alumnos.
Escuelas Católicas Castilla y León cerró esta semana el primer año del Posgrado de Experto Universitario en Innovación, Metodología Docente y Evaluación aplicada a la Educación, una formación especializada impartida junto a la Fundación Maecenas que busca actualizar los proyectos educativos, pedagógicos y sociales de la escuela actual.
Cincuenta profesores de centros de Escuelas Católicas Castilla y León están participando en este posgrado que tendrá su final el próximo curso. El éxito de este programa formativo han llevado a la institución y a la fundación a crear una nueva convocatoria para el curso 2017-2018 y poner en marcha desde septiembre de 2017 una segunda y última edición del posgrado de Experto Universitario.
Los objetivos concretos de esta formación en innovación educativa son unificar criterios de trabajo entre el profesorado; desarrollar estrategias y métodos de aprendizaje y evaluación comunes; homogeneizar el proceso de aprendizaje; analizar tendencias y necesidades; y fomentar el uso de metodologías que, con procesos adecuados de evaluación, permitan adquirir las competencias claves para desenvolverse con autonomía en el siglo XXI.
Tras un año de camino, José Navalpotro, director del posgrado, hace un balance positivo del primer curso. “Ha sido muy interesante, intenso y enriquecedor para todos”, explica. “Fue una apuesta muy fuerte y es una maravilla lo bien que han respondido los asistentes durante este primer año de trabajo”, añade.
“La formación en innovación nos ayuda a todos a reflexionar y trabajar mirando al futuro de la escuela católica para unos años apasionantes y, a la vez, muy exigentes socialmente para todos”, analiza José Navalpotro que ha recibido una buena respuesta de los profesores participantes. “Se han cumplido los objetivos planteados inicialmente. Las evaluaciones están siendo magníficas y cuando hablamos con los participantes todos lo viven como necesario para su desarrollo y para el desarrollo de sus proyectos educativos”.
Los propios alumnos también extraen sensaciones satisfactorias del comienzo del Posgrado en Innovación, Metodología Docente y Evaluación aplicada a la Educación. Tres profesores del Colegio Pablo VI de Ávila también hacen balance: “El curso nos ha permitido conocer las características generales de metodologías y evaluación… Ha sido muy interesante para despertar en el profesorado el interés por la innovación”. Sin embargo, son conscientes de que para profundizar y especializarse en cada uno de los temas abordados “se necesitaría un curso a parte”, indican.
Otro de los participantes, Pablo Cano, profesor del Colegio Safa Grial de Valladolid, comenta: “Ha sido una experiencia enriquecedora en lo personal y en lo profesional. Una formación indispensable para afrontar los retos a los que se enfrenta la educación del siglo XXI. El posgrado nos ha ayudado a sentar unas bases sobre las que día a día debemos seguir trabajando”.
“Los docentes han estado a la altura de las expectativas”, comentan los profesores del Pablo VI, “aunque una de las dificultades encontradas es que el curso requiere un nivel medio-alto en cuanto a competencias digitales. La atención por parte de la organización ha sido buena, solventando en cada momento las dificultades que iban surgiendo”.
“Hemos corregido lo más rápidamente las sugerencias de mejora que hemos entendido como prioritarias para la mejora continua del Posgrado”, responde el director del curso. “Y llegamos a la segunda parte del curso contentos e ilusionados”.
CONTENIDOS DE FUTURO PARA EL PRESENTE
La formación se ha dividido en tres bloques: Innovación educativa: la escuela del siglo XXI, Metodología y aprendizaje inductivo y Evaluación Educativa. El primero de los bloques ha servido para introducir las tendencias actuales de acción en el aula como el coaching en la escuela, las inteligencias múltiples y la inteligencia emocional o la programación neurolingüística. Incluso también hubo un hueco para hablar de espacios educativos que favorecen la creatividad y la innovación con el arquitecto José Picó.
El bloque dos, sobre metodología, ha tratado temas diversos y actuales como el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje cooperativo, la gamificación, la robótica y la programación y la clase inversa o ‘flipped classroom’, tendencias educativas que ya se utilizan en gran parte de las aulas de los centros más innovadores. “Los contenidos más atractivos por lo novedoso o por la percepción de necesario han sido la programación neurolingüística educativa y la robótica asociada a la inteligencia artificial. Y no les falta razón ya que ambos tienen un desempeño crítico de cara al futuro de la educación”, dice José Navalpotro.
El programa se ha acercado también a contenidos que han llamado mucho la atención a los docentes. “Un módulo muy disruptivo y que genera mucha inquietud es el de Tendencias Sociales asociadas a la educación”, aclara el director del posgrado. “Ponemos de manifiesto cómo será la sociedad, el mundo laboral, las necesidades que tendremos y cómo todo esto se extrapola al mundo educativo. Es crítico, diferente y te hace ver cómo todo está cambiando muy deprisa”, argumenta Navalpotro. “Los alumnos nos escriben con posterioridad al módulo cuando empiezan a ver que muchas de las cosas trabajadas en el módulo están saliendo a la luz… y ellos ya las conocen y saben de su sentido y cómo nos afectará. Muy interesante este tema de adelantarse a lo que viene”.
Las clases presenciales se compaginan con conferencias online de diversos especialistas en educación, un proyecto final de posgrado y un foro de conocimiento en el que los docentes pueden ampliar información, compartir experiencias y trabajar de forma conjunta.
Entre los aspectos a mejorar de esta ambiciosa oferta formativa, José Navalpotro habla del problema de la enorme velocidad a la que viaja la innovación educativa. “Me queda una duda de si, con la velocidad con lo que va todo, hablemos de Innovación con cosas que en realidad son actualización. Pero bueno, vayamos paso a paso y veremos cómo orientamos bien todo esto”.
La relación entre la Fundación Maecenas y Escuelas Católicas Castilla y León se amplía con la convocatoria de la segunda edición del Posgrado en Innovación, Metodología Docente y Evaluación aplicada a la Educación. “Llevamos más de diez años trabajando juntos en diversos proyectos ya que Escuelas Católicas Castilla y León cree en la innovación, en la mejora y siempre lo han demostrado apoyando nuestros proyectos sin dudarlo”, añade José Navalpotro. “Por eso seguimos una convocatoria más con este posgrado. La idea inicial era un año solo, pero comprobamos que muchos centros han visto el beneficio. Supone un indicador que los colegios que ya están cursando el posgrado, vuelvan a enviar más profesores”.
Entre otras propuestas formativas de futuro, la Fundación Maecenas ampliará sus programas a la formación de directivos en el campo de la innovación pedagógica y al mundo de la inteligencia artificial en educación. “Por los estudios que estamos realizando a nivel internacional, estos campos nos pueden colocar un poquito más cerca del desarrollo social… y eso es nuestro objetivo: que las Escuelas Católicas de todo el mundo sean referencia, y las de Castilla León, el ejemplo a seguir por todas”, concluye José Navalpotro.
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