La libertad de enseñanza está amenazada. Jesús Muñoz de Priego parte de esta premisa para defender esa misma libertad cuestionada. Lo hace desde la plataforma EnLibertad, iniciativa para la libertad de enseñanza, como coordinador, y también como autor desde sus libros, en los que sostiene que “son los padres los que deben elegir la educación que quieren para sus hijos y no la Administración quién deba obligar a los padres a elegir los centros de su titularidad”.
Jesús Muñoz de Priego Alvear es abogado y coordinador de la asesoría jurídica de la Congregación Salesiana en su Inspectoría “María Auxiliadora”, zona Sur, y abogado y asesor jurídico de otras Congregaciones religiosas, fundaciones, entidades sociales, titulares de centros concertados por medio de su despacho profesional “Muñoz de Priego y Pérez, abogados”. Asesor jurídico de Escuelas Católicas Sevilla. Portavoz y coordinador de “enLibertad”.
Además es autor de los libros: Libertad de enseñanza y concierto educativo (2009). Procesos de ruptura matrimonial y su incidencia jurídica en los centros educativos (2013). En Defensa de la Libertad de Enseñanza, nuevos (y antiguos) fundamentos para su reconocimiento jurídico y social (2015). Libertad de enseñanza…¡Para todos! (2016)
¿Qué es y qué busca la iniciativa EnLibertad?
“EnLibertad” es una iniciativa en defensa de la libertad de enseñanza, con tres objetivos claramente definidos: funcionar a modo de observatorio que analice el estado real de la libertad de enseñanza en las distintas Comunidades autónomas; generar debate social sobre la misma, pero un debate estable en el tiempo y fundamentado, ajeno a los prejuicios, los clichés y los mantras ideológicos; y crear doctrina, es decir, libros, publicaciones, informes,… sobre libertad de enseñanza.
¿Qué amenazas a la libertad de enseñanza existen ahora mismo con el actual sistema educativo español y la situación política?
En la ponencia que vamos compartiendo y que se denomina “análisis de la libertad de enseñanza hoy: una libertad amenazada” nos referimos a cuatro aspectos que hacen que la libertad de enseñanza esté actualmente restringida. Por un lado, una normativa educativa reduccionista con respecto a la libertad de enseñanza, marcada aun por el tándem LODE-Reglamento de conciertos, que supone claros frenos al desarrollo de su elemento fundamental y nuclear, aquel que justifica la existencia de los centros de iniciativa social y su financiación con fondos públicos, y que no es otro que el ideario, el proyecto educativo singular del centro.
En segundo lugar, una aplicación práctica de esa normativa en las Comunidades autónomas, aún más restrictiva, desde luego desde un punto de vista cuantitativo, y así contemplamos reducciones de unidades concertadas incluso en centros con demanda social, pero también desde un punto de vista cualitativo, desde la injerencia y el intervencionismo de la Administración que provoca una publificación del centro concertado, llegando a identificar ambos tipos de centros (público y concertado) a pesar de su titularidad y su naturaleza diferente, es decir, minorando el efecto de su hecho diferencial, que es el ofrecimiento de un ideario. En este último caso no se pierde la unidad materialmente, pero se pierde la razón de ser de la misma.
El tercer elemento es un debate social y político sesgado, basado en mantras ideológicos, falsedades, que a fuerza de reiterarse acaban pareciendo una verdad., es aquello de la concertada es elitista, cobra, selecciona al alumnado,… prejuicios que, si no se rebaten a tiempo y con argumentos, acaban creando un poso social.
Y finalmente, la defensa de una escuela pública única como modelo excluyente, incluso en algunos programas electorales o en algunas recientes proposiciones de ley de grupos parlamentarios; un monopolio de la Administración que es del todo punto incompatible con la libertad de enseñanza, pues impide elegir, ya que solo cabría elegir entre centros públicos y no se puede elegir entre lo mismo. Eso no es elegir.
¿Cómo valora el actual modelo educativo de Castilla y León? ¿Qué amenazas afectan a la educación en Castilla y León?
Cabría decir que, dentro del mapa tan conflictivo que se está generando con la radicalización de políticas educativas que atacan a la concertada, en comunidades como Aragón, Comunidad valenciana, Asturias,… más las tradicionales de Andalucía, Extremadura,…, la situación de Castilla y León es menos alarmante. Pero eso no debe llevarnos a engaños, precisamente en momentos en los que no se cuestiona la existencia en sí de la libertad de enseñanza es cuando se puede avanzar en su desarrollo y aplicación práctica.
Aunque las relaciones de la concertada con la Administración en esta tierra son fluidas, hay muchos aspectos que requieren de mejora inmediata: el problema de financiación con una partida de otros gastos evidentemente deficitaria; la necesidad de reducir ratios muy elevadas; el que lejos de reducirse unidades de apoyo a la integración y a las minorías se haga una apuesta decidida por esta situación educativa; la necesidad de facilitar la adaptación de la FP, que permita transformar ciclos a las exigencias de la sociedad y el mercado, con agilidad (y no con retrasos de dos o tres años); el incremento de horas de orientación en centros de más de una línea en Primaria;…
La mejora de dotaciones y la equiparación a la pública hace que la libertad de enseñanza sea real y no una discriminación práctica. No se le puede decir a una familia que puede elegir, pero dependiendo de a quién lo haga se le penalizará con menos inversión y menos recursos.
En Castilla y León el descenso demográfico es la principal razón de la desaparición de unidades en la educación concertada ¿Es excusa suficiente?
Si eso conlleva que un centro se quede sin demanda, puede ser, pero lo que en ningún caso puede suceder es que se considere a la concertada como subsidiaria de la pública y si sobran plazas en la zona, como consecuencia de una disminución de la natalidad, se cierren unidades concertadas con demanda en beneficio del mantenimiento de escuelas públicas sin ella.
Son los padres quienes deben elegir la educación que quieren para sus hijos y no la Administración quién deba obligar a los padres a elegir los centros de su titularidad. La programación de la Administración no puede ser unilateral, arbitraria y dirigista, sino que viene limitada por la demanda social y los derechos individuales de los padres, es decir su elección de tipo o modelo de educación, de la formación religiosa y moral de sus hijos de acuerdo con sus convicciones. Eso dice la propia LOE.
¿El sistema de conciertos español es válido en un espacio educativo en libertad?
El sistema de conciertos es solo un instrumento de financiación para permitir el ejercicio de la libertad de enseñanza, entre muchos otros posibles. Su aplicación práctica actual es muy mejorable y así debe reclamarse y procederse, pero mejorado puede ser un instrumento muy válido y, de hecho, lo prefiero a otros modelos más cuestionables y que parecen haber adquirido notoriedad, como el cheque escolar. Y esto, por un lado, porque falta un estudio real de una aplicación práctica en nuestro país del cheque escolar, que no se ha hecho. En segundo lugar, porque el sistema educativo no parte de cero, hay que dar respuesta desde lo que ya existe, no me interesa teorizar desde situaciones ex novo, porque eso no es real. Y, en tercer lugar, porque las experiencias cercanas al cheque escolar que hemos tenido (como con el trasvase del concierto a becas personales en los Ciclos de Grado Superior en la Comunidad de Madrid) han puesto en cuestión principios que deben estar ya más que consolidados, como la gratuidad, la igualdad o la estabilidad de los centros.
Los conciertos parecen sostener la libertad de elección de educación pero no favorecen la libertad de enseñanza de cada centro. El ideario o el carácter educativo de los centros religiosos tiene cada vez menos protagonismo y parece que caminamos hacia una escuela única, incluso con conciertos ¿Cómo solucionarlo?
A esto nos referíamos con que el régimen de conciertos es mejorable y la publificación del centro concertado. La regulación actual supone limitaciones a la autonomía del centro y al desarrollo del ideario, que es precisamente lo que justifica su existencia. El ideario es lo que justifica la existencia de la enseñanza de iniciativa social (los centros concertados), para permitir el ejercicio de la libertad de enseñanza, y también su financiación con fondos públicos, para que esa libertad de enseñanza sea real y la posibilidad de elección no venga previamente determinada por condicionantes económicos. La paradoja es que el instrumento fijado para el desarrollo del ideario, y permitir con ello la elección y la libertad de enseñanza, acaba poniéndole frenos. Y eso es porque el desarrollo de la libertad de enseñanza se puso en manos de un grupo político que no creía en la libertad de enseñanza y porque los que han venido después tampoco lo han corregido. Pero el sistema admite mejoras y puede ser útil y garantizar la libertad de enseñanza. Solo hay que tener voluntad política de que así sea.
En términos globales ¿qué soluciones existen para terminar con los problemas que amenazan al derecho de elección de educación?
El principal es tener voluntad de que así sea, política y socialmente, es decir, por parte de los partidos y por parte de los ciudadanos. Me preocupa la deriva de los ciudadanos a permitir alegremente que se limiten sus libertades, su capacidad de decisión, a cambio de intervencionismo público. Lo excepcional puede convertirse en norma.
¿El pacto educativo nacional ya es imposible?
No sé si imposible, pero es manifiesto que hoy voluntad no hay, la sociedad fue clara en entenderlo como prioritario, pero los políticos han vuelto a postergarlo en beneficio de intereses espurios, electorales y de corto plazo. Falta altura de miras y sentido de estado. Esto nos pasará factura. No lo dude.
Nos fijamos en el informe PISA y queremos una educación en España como la de Finlandia , pero allí el nivel de autonomía de los centros es inimaginable en España, además de otras diferencias culturales y sociales.
No soy de extrapolar soluciones, nosotros ni somos ni vamos a ser Finlandia, y probablemente en muchas de sus condiciones de vida tampoco quisiéramos serlo, al menos yo, así que a realidades distintas, soluciones distintas.
Otra gran amenaza para la libertad es la imposición de una ideología laicista en la educación ¿Qué opina?
La educación y la escuela (toda la escuela) siempre es ideológica, en el sentido de que siempre hace opciones sobre principios, planteamientos ideológicos, religiosos,… a veces se hace explícito y a veces es una elección vergonzante.
La escuela laica no es la falta de opción sobre el hecho religioso, sino una opción, aunque sea por negación, por rechazo, tan manifiesta, tan explícita, como la escuela confesional. Me parece bien que haya opciones al respecto y que los padres puedan elegir, en eso consiste la libertad de enseñanza, pero cuando se quiere optar por una escuela única, un monopolio de titularidad, se acaba la posibilidad de optar y se impone un modelo.
Fíjese, recientemente escribía un artículo donde decía que el antídoto contra el adoctrinamiento es las aulas es la libertad de enseñanza: si todos los centros hacen explícitos su idearios, sus opciones (todos los centros las tienen, también los públicos, y ya le digo yo que incluso si algún centro quisiera ser neutro y no hacer opciones, algo poco probable en realidad, eso ya sería una opción, la neutralidad se niega a sí misma), la ofrecen con transparencia, y los padres los eligen, no cabe la imposición acrítica de un ideario; pero si entras en un centro con ideario (y todos los centros lo tienen), pero el centro lo calla, y tú no lo sabes y crees, en tu candidez, que es aséptico, la posibilidad de adoctrinamiento es total. Si sumas a eso que se haga desde una escuela única y monopolística, aunque su titularidad sea de la Administración pública, el riesgo de adoctrinamiento es absoluto.
La escuela es fruto de la sociedad y refleja una sociedad: una escuela plural para una sociedad plural y democrática. En mi opinión, la escuela única, sea de la titularidad que sea, responde mal al pluralismo y a la democracia.
¿Cómo combatir los prejuicios hacia la educación concertada que buena parte de sociedad ya da por ciertas: que cobra, que es elitista, que elige a sus alumnos, que discrimina…? ¿Cómo convencer a los ciudadanos?
Con debate y argumentos. Hasta quienes no están de acuerdo con la libertad de enseñanza y defienden la escuela pública única deberían escucharnos para debatir desde los fundamentos, y no desde la demagogia, los prejuicios y el populismo.
Y una última amenaza interna podría ser la falta de reacción ante todas estas amenazas, la ausencia de activismo social en la escuela católica ¿Cómo cree que se está afrontando esta situación en los centros católicos concertados y en la comunidad educativa que engloban?
Tradicionalmente mal, con complejos, sin alzar la voz… escondidos en las catacumbas. Pero esto está cambiando, lo veo en las caras de quienes participan en nuestras charlas. Ha llegado el momento de “salir” a las calles y las plazas. Por eso también se crea “enLibertad” para concienciar a los ciudadanos que la opción de elegir siempre es mejor que la de imponer, al menos en un régimen democrático.