Ampliación del proyecto de medio ambiente del Colegio Sagrados Corazones de Miranda de Ebro con un huerto ecológico y social.
En el Colegio Sagrados Corazones de Miranda de Ebro hace ya bastante tiempo que llevamos trabajando en nuestro proyecto de Medio Ambiente. Era un proyecto amplio, creo que bien pensado, con su parte de filosofía y concienciación ecológica y su parte de actividades concretas.
La publicación de la encíclica “Laudato si” nos hizo dar un giro a nuestro proyecto. El “cuidado de la casa común” es una tarea que debemos compartir con todos los seres humanos y, además, preparar “nuestra casa común” para las generaciones futuras. Es una tarea de presente y de futuro. Para un cristiano, el cuidado del medio ambiente no puede ser una opción añadida, sino algo fundamental porque es la casa que Dios nos ha dado para vivir.
Con estas premisas nos pusimos “manos a la obra”. Así empezamos el curso 2015-16 con una ampliación muy importante en nuestro proyecto de Medio Ambiente. Creamos un Huerto Escolar Ecológico y Social. Ahora, que estamos terminando el segundo curso de su implantación, podemos afirmar que es un macro-proyecto en el que se implica a toda la comunidad educativa, a la comunidad religiosa de los Sagrados Corazones de Miranda de Ebro y a Caritas Miranda. Vamos a explicar poco a poco el camino recorrido desde el verano de 2015.
Nos pusimos en contacto con Cáritas para ver la posibilidad de colaborar en su proyecto “A huertas con la vida”. Es una forma de trabajar en la inserción de personas en riesgo de exclusión y el monitor que nos ayuda forma parte de este programa. La Comunidad religiosa de los Sagrados Corazones nos cedió la tierra suficiente para poder preparar un huerto con unas dimensiones que nos permitiera que varios cursos pudieran participar. El siguiente tema que nos interesaba era acercar a los alumnos al mundo de la horticultura y que ésta se integrara de manera natural en las materias curriculares, así como inculcar a los alumnos hábitos alimenticios saludables y la importancia de la ecología y el reciclaje.
Llegaron las Navidades de 2015 y muchos de nuestros alumnos incluyeron en sus cartas a los Reyes Magos cuatro particulares peticiones: un rastrillo, una pala, una regadera y una lupa. Con esos instrumentos pensaron que rápidamente podrían recolectar lo que habían plantado o sembrado. Pero la horticultura requiere de paciencia. Esta es una de las cuestiones que están intentando asimilar los más pequeños. En diciembre dejaron plantados unos ajos y esperaban ver resultados a la vuelta de vacaciones. Ahora saben que toca esperar. Y así, con todo lo que han plantado: cebollas, espinacas, lechugas… Un alumno de 1º de Primaria decía: “en diciembre plantamos lechugas en el huerto. Durante meses las hemos cuidado y… ¡Sorpresa! Hemos obtenido unas hermosas lechugas para llevar a casa. ¡Aunque algunas han llegado con carne dentro!” (caracoles)
Con mucha paciencia, el monitor explica a los pequeños agricultores cómo sembrar, regar y organizar las plantaciones en el huerto. Pero también cómo reciclar y reutilizar objetos tan cotidianos como cucharillas o botellas de plástico. Las primeras, para indicar a qué alumno pertenece cada planta; las segundas, para preparar regaderas. Este es otro de los aspectos destacados del Huerto Ecológico-Social: la interacción de varias asignaturas en su desarrollo. Así, en Plástica han construido marcadores para las plantas, un molino de viento, un hotel para insectos y un espantapájaros, además de mejorar la infraestructura del huerto con un pluviómetro o un nuevo sistema de riego por goteo. En Lengua escriben redacciones y poesías sobre esta experiencia. En Ciencias Naturales estudian el vocabulario del huerto y los procesos de crecimiento, nutrición y reproducción de las plantas, y en Tutoría ponen en común las labores realizadas hasta el momento. Por su parte, los alumnos de Secundaria que cursan Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial, colaboran preparando una empresa de venta de semillas a partir de la creación de un banco de semillas local.
Durante este curso, además de mantener el trabajo interno, hemos querido sacar fuera del colegio nuestro trabajo y nos hemos presentado a dos concursos con gran éxito. Los alumnos de Bachillerato (asignatura de dibujo) se han presentado al Concurso de Ingenio y Diseño organizado por Tecnun (Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra) y un grupo ha ganado el primer permio con un “Ecobank”, un banco (de sentarse) sostenible, ya que está planteado para construirse con materiales renovables, y multifuncional, preparado, por ejemplo, para protegerse de la lluvia.
Los alumnos de Primaria han participado en el II Congreso de Medio Ambiente para alumnos no universitarios organizado por el Colegio San José de Sevilla. Han presentado varios trabajos, todos ellos buscando favorecer la sostenibilidad: una embotelladora vertical, un semillero autóctono, cromatografía con hojas de espinaca, una investigación sobre deforestación y un portfolio sobre los ecosistemas. Hemos obtenido el primer premio con el trabajo “la embotelladora vertical” realizado por los alumnos de 2º de Primaria. Ellos lo han vivido así: “reciclamos botellas, bandejas, tapones, cuerdas…, y con ello comenzamos a montar la estructura. Fueron nuestras profes y Casto (oficial de mantenimiento del Colegio) los que nos ayudaron. Más tarde le pusimos el nombre: “la embotelladora vegetal”. Plantamos lechugas y acelgas y observamos su desarrollo, investigamos sobre ellas y creamos nuestras propias hipótesis. A través del cuaderno de campo anotamos los resultados y sacamos conclusiones que luego nos ayudaron a comprobar las hipótesis.”
En definitiva, todos destacan el transmitirles hábitos saludables (sobre todo en la alimentación), el hecho de favorecer en los alumnos el interés por la naturaleza y de inculcarles valores como el trabajo en equipo, la importancia de ser paciente y de reciclar para contribuir al cuidado del medioambiente.