Fernando Boillos: “El docente que prueba la gamificación.... repite”

Fernando Boillos: “El docente que prueba la gamificación…. repite”

Fernando Boillos: “El docente que prueba la gamificación…. repite”

​​El profesor soriano Fernando Boillos transforma la enseñanza con creatividad, tecnología y diversión gracias a la gamificación.  “Comprobar que el aprendizaje puede ser divertido necesita tiempo, pero cuando un docente lo prueba… no hay marcha atrás”, explica en esta entrevista.

En la vanguardia de la innovación educativa, el soriano Fernando Boillos se destaca como un referente en el ámbito de la enseñanza y el uso de la gamificación en el aula. Es licenciado en Comunicación, graduado en Educación Primaria con especialidad en Literatura y Creatividad, y actualmente doctorando en Humanidades por la Universidad de La Rioja. Su carrera profesional abarca desde el periodismo hasta su paso por el Colegio Escolapios de Soria y ahora en el Colegio Sant Josep CM de Barcelona como profesor de Ciencias Sociales y Lengua y Literatura. Boillos es un apasionado defensor de la gamificación y el aprendizaje lúdico como herramientas pedagógicas. Se ha convertido en un experto en fomentar métodos de enseñanza que inspiran y motivan tanto a estudiantes como a profesores.

¿Desde cuándo y cómo comenzaste a utilizar la gamificación en tus clases? ¿Por qué, cómo nace este interés y qué objetivos persigues?

Pienso que siempre he sido muy jugón, desde pequeño. Por eso, siempre he tenido claro que en mis clases la letra con juego entra. Empecé hace más de 15 años con aprendizaje basado en juegos y fue en ese momento, cuando en un congreso internacional de educación conocí el término gamificar. Desde entonces no paré de formarme e investigar. Mi interés fue creciendo cada vez más hasta convertirlo en el objeto de estudio de  mi doctorado. Además, hace más de diez años que formo al profesorado en esta metodología tanto en España como en muchos países de Iberoamérica como: México, Guatemala, Costa Rica o Panamá.

La gamificación y el aprendizaje basado en juegos ¿son lo mismo?

No. Los dos son aprendizajes lúdicos pero no son lo mismo. El aprendizaje basado en juegos es una metodología que implica el uso de juegos y videojuegos en el aula. Sin embargo, la gamificación se trata de una metodología educativa que está cogiendo mucha fuerza en los últimos años. Es el empleo de mecánicas de juego en entornos y aplicaciones no lúdicas con el fin de potenciar la motivación, la concentración, el esfuerzo, la fidelización y otros valores positivos comunes a todos los juegos. Se trata de una nueva y poderosa estrategia para influir y motivar a grupos de personas.

¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta un docente ante un proyecto de gamificación?

Pienso que el principal desafío es dejar a un lado que la gamificación es jugar. Los docentes, sobre todo de cursos superiores, tienen miedo de perder el control del aula o a no acabar el temario. Nos han enseñado que la educación es una cosa muy seria y no se juega con ella. Romper esas barreras es lo complicado. Comprobar que el aprendizaje debe ser divertido necesita tiempo, pero cuando un docente lo prueba…no hay marcha atrás.

¿Cuál es la recepción del alumno a este modelo de enseñanza? ¿Qué emociones encuentran los alumnos al encontrarse con clases alejadas de la forma tradicional?

El alumnado lo recibe muy bien y de forma natural. Han aprendido desde infantil con juegos y lo tienen normalizado. Pero al llegar a la primaria las cosas se van poniendo más serias y el aspecto lúdico sale del aula poco a poco. Con los juegos se desarrollan competencias y habilidades, además se desarrolla la función ejecutiva. Podemos decir, que en el momento que el aprendizaje lúdico entra en escena, los aprendizajes se vuelven significativos. La neurociencia nos dice que solo un cerebro que se emociona es capaz de aprender y eso es lo que consigue esta metodología: emocionar.

¿Qué beneficios académicos se obtienen a través de este proceso? 

Conseguir que los alumnos se motiven es algo complicado. Es el reto de cualquier profesor. La gamificación consigue ayudarnos a conseguir motivación, emoción e implicación y con ella obtenemos mejores resultados, ya sea para absorber mejor algunos conocimientos o mejorar habilidades. Además, siempre está el refuerzo de generar una experiencia positiva en el alumno, algo esencial que nunca debemos olvidar en el aula. Cuando diseñas un recurso gamificado debes tener claro que pretendes conseguir. Con la gamificación consigues: fomentar la adquisición de conocimientos, competencias y destrezas, motivar mediante el logro de objetivos y reconocimientos, desarrollar herramientas y habilidades de aprendizaje, y por último transformar conocimientos en competencias, en un entorno seguro.

Cuándo los alumnos se divierten, y se lo pasan bien, o compiten entre ellos ¿realmente aprenden y adquieren mejor conocimientos nuevos?

Cada vez hay más estudios que demuestran que así es. En mi doctorado he investigado sobre este aspecto y más de 700 docentes han explicado cómo incluir aprendizajes lúdicos han hecho mejorar los resultados de sus alumnos. Aún así, la nueva ley nos invita a olvidarnos de conocimientos y centrarnos en habilidades y competencias. Vivimos en el mundo de la comunicación y los saberes los tenemos a golpe de click, lo que tenemos que hacer es centrarnos en que nuestros alumnos adquieran competencias que desarrollen capacidades críticas y habilidades blandas.

¿Hay asignaturas en concreto dónde esta metodología activa se incluya de forma más recurrente o la gamificación se puede adaptar a todas? 

Hablamos de Educación activa cuando nuestro alumnado se siente y es el protagonista de su aprendizaje, llevando a la práctica y a la vida real todo aquello que va aprendiendo, creando interacciones positivas con sus iguales y poniendo en marcha una serie de habilidades sociales que lo hace competente en todos los ámbitos. Es por estos motivos, por lo que la Educación activa debe estar presente en nuestras aulas sea con gamificación, con proyectos, con rutinas de pensamiento, flipped classroom… No hay una mejor que otra, la clave está en la implementación. Este tipo de educación ayuda a mejorar los procesos de aprendizaje para hacerlos más cercanos, flexibles y adaptables. Así se consigue llegar a un alumno cada vez más heterogéneo. La gamificación como metodología activa fomenta la personalización del aprendizaje y sin duda los alumnos se ven beneficiados. Eso sí, siempre con un maestro innovador capaz de guiar todo este proceso, acompañando, facilitando y ofreciendo oportunidades en todo momento.

¿Qué respuesta habéis tenido por parte de las familias?

Las familias han sido educadas de una manera tradicional y al principio les choca, pero luego están encantadas con el proceso. Las familias son y han de ser las grandes aliadas de la escuela. Debemos potenciar su participación en las aulas. Pienso que es un error dejarlas fuera. La escuela ha de estar abierta a las familias y junto a ellas trabajar para conseguir el desarrollo integral del alumno. Hablar de familia y escuela es hablar de corresponsabilidad, de colaboración y participación. Pero no solo las familias deben formar parte de este proceso sino toda la comunidad educativa y el entorno. Debemos pensar fuera de la caja y romper barreras.

¿Y cómo es el proceso de evaluación en todos estos casos?

La gamificación se evalúa de manera holística. Debe ser globalizadora y sobre todo formativa. Los docentes debemos dejar de calificar y empezar a evaluar. El foco es diferente y cuando te das cuenta se abre un mundo de posibilidades delante de tí. Los alumnos no son notas. Yo se lo digo siempre: “Tu no eres un número, una nota no te define”.

¿Qué aporta la gamificación a los docentes? 

La gamificación debe ser una herramienta más dentro del abanico metodológico de cualquier docente. No es la panacea de nada ni la varita mágica contra los problemas. Pero bien implementada es capaz de ayudarnos a conseguir nuestros objetivos como docentes. De verdad, el que la prueba…repite.

¿Supone un trabajo extra para el profesorado?

mentiría si te dijese que fuera fácil y no lleva trabajo. Cuando conoces a alguien y le dices que eres profesor piensan en los meses de vacaciones que tenemos, pero no saben las horas de dedicación que conlleva nuestro trabajo. Yo invierto mucho tiempo en la preparación y programación de mis clases. El docente debe ser el encargado de preparar el escenario para que el alumno construya su propio aprendizaje, haciendo preguntas, creando conexiones, observando y analizando al alumno, que debe ser el eje vertebrados y creador de su propio aprendizaje, y para conseguirlo es necesario invertir tiempo y cariño en el proceso.

Y en cuanto a los recursos y herramientas que empleas ¿apuestas más por una gamificación más tradicional, sin elementos tecnológicos o prefieres explorar nuevas herramientas tecnológicas, como aplicaciones digitales, como la IA, etc? ¿Y qué hacemos con el móvil en el aula? ¿Puede ser una buena herramienta para la gamificación?

He de reconocer que me gustan más las ramificaciones analógicas. Me encanta todo lo manipulativo y le doy mucha importancia a la parte estética y a la narrativa en mis gamificaciones, pero también apuesto por la parte digital. Yo no excluyo nada. En mis sesiones priorizo al estudiante y sus necesidades. Intento trabajar por proyectos y retos donde el alumno sea el eje de su propio aprendizaje. Para ello, utilizo gamificación, aprendizaje basado en juegos, destrezas de pensamiento, escape rooms, realidad aumentada, realidad virtual y todas aquellas herramientas metodológicas que me ayuden a conseguir lo mejor de ellos. Por lo tanto, claro que uso el móvil, las tablets…la tecnología es medio en mis clases…no un fin. Ahora mismo vivir de espaldas a la inteligencia artificial es un error. Hay que aprovecharla y formar al alumno en el buen uso y no el abuso.

¿Qué consejos darías a los docentes a la hora de llevar a cabo una experiencia de gamificación? ¿Cuáles deben ser los primeros pasos?

Lo primero es perder el miedo. Que no tengan miedo a equivocarse. La cultura del error debe formar parte de nosotros. Las grandes ideas, los grandes sueños y las grandes empresas no suelen salir a la primera. Tras de ellas hay muchos errores. Y es que de los errores se aprende más que de los aciertos. Así que les diría que sacaran al niño que llevan dentro y se den cuenta de que no pasa nada si hay que rectificar. 

Por último ¿cómo visualizas tú la educación del futuro?

Es complicado hacer suposiciones. Aún así, tengo claro que vivimos un momento de cambio ya que el modelo educativo tradicional está agotado. Si pienso en la educación del futuro veo clases personalizadas, de grupos más reducidos donde se trabajan competencias y destrezas, donde las habilidades blandas como la inteligencia emocional tienen cada día más importancia. La escuela del futuro tiene nuevos y diferentes espacios, en ella se fomenta la creatividad, el emprendimiento y se trabaja en colaborativo.